Jugando

Estos días, después de una visita a varias jugueterías de un shoping de la ciudad donde vivo y de comprarle el regalo por los cinco meses de vida a nuestra querida Cande, tuve varias revelaciones en relación a los juguetes para bebés.

En primer lugar podemos observar que los precios que se manejan en relación a chiches que sólo se van a usar unos pocos meses o ni siquiera, son verdaderamente desproporcionados. No nos olvidemos que los chicos crecen más rápido de lo que nos damos cuenta y sus intereses cambian constantemente.

Además, no importa cuanto camines y revuelvas en las jugueterías, para encontrar el juguete ideal. Vas a descubrir que ese muñeco, con texturas diferentes, sonajero, mordillo y licencia de una multinacional del entretenimiento, no va a ser nunca tan divertido como:
- el control remoto que tiene papá,
- el diario del tío,
- los exámenes por corregir de mamá,
- el perrito del padrino, cuanto más mugriento y baboso mejor.

Cande nos demostró en estos cinco meses y medio que no importa cuan inteligente sea el diseño del chiche. Nada es más divertido que desparramar una bolsa de alfajores, sentada arriba de la mesa de la casa de la abuela. O revolear el chupete cual boleadora. O sacudir los instrumentos de percusión de la madrina. O meter los deditos en el sintetizador de papá. O en el mate que mamá toma y le pasa a la abuela y a los tíos (aunque a veces queme un poquito).

Me parece que el mundo real es mucho más interesante que el mundo de los juguetes políticamente correctos y aptos para la estimulación temprana y el esparcimiento de nuestros bebés. Y para mejor, está disponible todo el tiempo y en todos lados.


¿Qué opinan ustedes?¿Qué experiencias tuvieron con juguetes para bebés?