Decálogo del buen jugar (según Cande)




Últimamente estuvo hablando demasiado mamá. Ahora me toca a mí. Y vamos a seguir en la onda de consejos. Acá les comparto mi decálogo sobre el arte del buen jugar:

- No se puede jugar sin sacar todos los juguetes antes

- Sólo se puede elegir qué cuento leer, después de haber sacado todos los libros del estante.

-El papel y las pizarras le ponen límites al arte. Y hay que romperlos, continuando el dibujo en el piso, la ropa, las manos y la cara.

- Comer sin desparramar, volcar o manchar no alimenta igual de bien.

- Agua que no has de beber, usala para mojarte las manos o para salpicar a los papis.

- Nada mejor que llevar parte del arenero en los bolsillos del pantalón y las zapatillas, para tener un poco en casa.

- Si terminaste de desparramar los juguetes en el living, anda a jugar con los chiches del dormitorio.


- Los perritos de verdad son más divertidos que los peluches.

- Todos los baúles de juguetes deberían traer una canilla de verdad, funcionando. Las canillas tienen chorritos, que tienen múltiples usos en el juego.

- Siempre que los juguetes aburran y los cuentos cansen, recordemos que están los controles remotos, las computadoras, los escobillones y los frascos de perfume.

¿Cómo juegan ustedes? ¿Qué consejos podemos agregar?

Sólo se vive una vez ...


En estos días estaba pensando, por nacimientos y embarazos varios entre mis amigas, todas las cosas que deberían enseñarte en algún lado (colegio, facultad, post grado) o contarte las que ya pasaron por eso. Y que no te enseñan ni te cuentan.

¿Nos olvidamos de eso, una vez que lo pasamos, al punto de no considerar que lo que tenemos para contar puede servir para paliar angustias y sobresaltos de nuestras amigas que nos siguen en el camino? ¿No están para eso las amigas?

Estoy hablando de las desventuras de ser madre primeriza, sobre todo cuando toda la familia es primeriza y se siente dueña de la criatura. Y nos encontramos con un ejército de abuelos, tíos, primos y primos de primos ansiosos de organizar nuestra vida según su comodidad, para disfrutar de la novedad en forma de bebé que ahora vive con nosotros.

Por supuesto, este ejército no considera la revolución hormonal que vive adentro nuestro, ni la experiencia del parto que terminamos de pasar hace apenas unos días ni la responsabilidad que tenemos por esa pequeña personita que depende de su mamá para todo.

Para romper esa tradición de silencio absoluto, van algunos puntos que es bueno tener presentes:

- Las visitas de compromiso no son recomendables (en realidad no son bienvenidas) durante por los menos, los primeros quince días. Necesitás descansar, acostumbrarte a tu nuevo cuerpo sin panza y aprender a conocer a tu bebé y todo eso es más importante que atender a parientes y/o amigos. Los que de verdad te quieren, sabrán comprender la situación perfectamente.

- Nadie mejor que tu bebé para avisarte cuando tiene hambre y cada cuanto necesita comer. Los "expertos" dicen que tiene que tomar entre 10 y 15 minutos de cada pecho. Pero probablemente te lleve una hora reloj cumplir con ese esquema, porque se va a quedar dormido en el medio. Cuanta mayor sea la frecuencia con la que se prenda al pecho, más leche va a bajar. Y los pechos se lastiman al principio. Y duelen, pero lo que los cura más rápido es la misma leche.

- Las horas de la comida del bebé son sagradas. Y deben cumplirse en un ambiente relajado y a solas. Sólo él y vos. Y el padre. Extraños abstenerse de aparecer y/o dar consejos. Y dentro de extraños se comprende a todos los que no ayuden a tu tranquilidad y su disfrute en ese momento.

- Es más fácil conseguir un doctorado en análisis matemático que entender la lógica de las marcas para poner los talles y medidas de pañales y ropa de bebé. Para los pañales, cuando encuentres la marca y el modelo del calce perfecto, mantenete fiel a ellos. Para la ropa, ante la duda, siempre un talle más. Los bebés crecen rápido y en algún momento le va a quedar bien.

- Vas a estar cansada, muy cansada. No te exijas ni pretendas seguir el ritmo que tenías antes. Dormí cuando puedas o te deje el bebé. Atendélo, que te necesita mucho y que la familia (padre, abuelos, tíos, etc.) te ayude con la casa.

- Ante la duda, consultá a tu mamá. Es la única que va a estar siempre disponible y la que te va a dar la mano más grande, respetando tu criterio y sin querer enseñarte lo que no pediste aprender.

A las madres, ¿se les ocurre algún otro consejo para agregar? A las que están por serlo, ¿tienen alguna duda? ¿Qué nos quedó en el tintero?

Manchas



Hay pocas cosas que entretengan y mantengan concentrada a Cande tanto como los elementos para dibujar y pintar.

Tiene pizarra mágica, pizarra para tizas, pizarra para fibrones y una cartuchera con ceritas, lápices negros, lápices de colores, tizas y alguna que otra birome que se sirve de nuestras mesas de trabajo.

Por supuesto, lo más divertido de todo son las biromes, las tizas de colores y los fibrones para la pizarra. Con las biromes firma o corrige (previa observación atenta de lo que hace la mamá cuando no se dedica a ella en exclusividad).

Con las tizas empieza dibujando en su pizarrita y después se extiende a la ropa, el piso y los sillones. El arte no puede estar limitado al tamaño de una pizarra. Menos cuando está todo el piso para continuar los dibujos. "ARTE", "ARTE", "ARTE". "Tía" Andrea me explico en varias oportunidades que hay toda una corriente de vanguardia en artes plásticas que propone esta misma cuestión. Y estuvieron años explorando posibilidades para hacer lo mismo que Cande con su año y medio de edad.

Con la pizarra blanca y el fibrón (prestado por mamá, que lo usa para dar clases) las reglas suelen ser más estrictas: "sentadita, lejos de artículos dañables y sin pasear con el fibrón abierto por la casa". Pero no siempre se pueden cumplir. Menos cuando papá agrega colores al fibrón negro de mami y los límites de la pizarra condicionan ese afán de expresión.

¿Qué hacemos frente a ese despliegue artístico? Evitar la ropa linda cuando la niña está en plan creativo; mucha paciencia; alcohol y quita manchas y mucho de sentido del humor.

Acompaña este post una muestra del poder creador de Cande. ¿Cómo manejan ustedes los ataques artísticos de sus chicos? ¿Cómo combaten la manchas?

Un año y medio


Querida hija: hace un año y medio que decidiste conocernos y nos cambiaste los planes de un sábado al mediodía.

¡Cuánto creciste, cuánto aprendiste y cuántos nos enseñaste en estos 730 días que llevamos juntos!

Te vemos tan chiquita, tan necesitada de nosotros, de nuestra mano para caminar por la vida y al mismo tiempo, tan apurada por crecer y ser independiente.

Tu sonrisa nos ilumina los días, tus carcajadas cuando algo te divierte, mucho justifican las noches sin sueño y los cambios de prioridades de nuestras vidas.

Tu carácter fuerte y decidido, que aparece frente a un NO inesperado e indeseado nos muestra la herencia de la familia (eternamente cabezotas, diría tu bisabuelo).

Tu emoción (aplaudiendo o zapateando) frente a una nueva propuesta de juego o a un nuevo logro conseguido nos hace desear que no crezcas tanto como para perderla en la ruta que te toque.

Seguí creciendo así, querida Cande: fuerte, sana, decidida y alerta frente a lo nuevo.
Seguí marcando el ritmo de tu familia.

Seguí cambiandonos la rutina de cada día, poniéndote por delante de todo. ¡Felicidades en este día y en todos!