Refugios

¿Es nuestra casa nuestro refugio o un lugar de paso? Creo que esta dicotomía al pensar cómo plantear la casa fue la diferencia de estos cuatro largos meses entre malestar permanente o bienestar, a pesar de esta época rara.

Si antes de la pandemia solías decir que te gusta estar en casa, seguro que en casa hay herramientas en tu casa y en vos para enfrentar a la vida, nos ponga lo que nos ponga la vida por delante. Con Ariel arrancamos infinidad de fines de semana diciendo "casa linda, afuera feo", cuando venían después de semanas de corridas. Antes o después de ser padres, mutando los planes cuando tuvimos que pensar por tres y después por cuatro.

Casa linda, porque los horarios se pueden estirar como chicles, para compensar el cronograma ajustadísimo que existe en la "normalidad" de la agenda de los cuatro. Entonces casa linda, porque cumplir lo que quedó de ese cronograma no nos obliga a trasladarnos.

Afuera feo, porque desde siempre armamos la casa con un clima que invita a quedarse adentro, poniéndonos cómodos.

Porque "casa linda", nos sacamos los zapatos porque el piso invita, nos tiramos al piso y armamos un universo paralelo, de legos, LOLs o playmobils, a bailar o andar en monopatín.

Porque "casa linda", la cocina que no gana en estética invita a cocinar, sin renegar. Incluso en familia, ya que no es gigante, pero tiene los espacios para que podamos compartir el acto de cocinar. 

Porque "casa linda", fuimos armando nuestros espacios de trabajo o reflexión, propios, a pesar de ser cuatro, con sus herramientas y dispositivos.

Porque "casa linda", tenemos juegos reales y virtuales para pasar el tiempo en familia o solos, compartiendo o sin molestarnos. 

Porque "casa linda" vamos a extrañar cuando volvamos a cumplir todos los horarios afuera de casa, los almuerzos en familias, los desayunos sin reloj.

Porque "casa linda", el encierro nos cambió los planes, pero no nos movió demasiado el eje. Por supuesto, cuesta. Vicky me reclama que le robaron las visitas del primo, las visitas al primo, el patio y su sala de 5. Cande extraña el estar con las amigas, en la vida real, sin pantallas mediando, sus talleres y sus clases. Y no vemos a los abus Loza desde mediados de marzo. Cuesta el encierro y hay días en los que cuesta concentrarse, cuesta levantarse y diferenciar los días. Cuesta truncar los planes de vacaciones de invierno, donde lo único distinto es no tener que cumplir con entregas de tareas y horarios de conexión.  

Creo que nos cuesta un poco menos, porque trabajamos desde siempre en que "casa linda, afuera feo". 

PD: ¿saben de dónde sacamos la frase "casa linda, afuera feo"?