Archivillanos - Parte I


A pedido de tía Ceci, hoy escribo yo:

Les voy a contar un poco más sobre los problemas en el día de una bebé. ¡Sí! Los bebés tenemos problemas, a pesar que ustedes, adultos, creen que tenemos la vida solucionada.

El villano número 1, con el que mantengo luchas sin cuartel todos los días es Sueño Implacable. Mamá les comentó algo de él en el post "La princesa malgeniuda" (título que no comparto para nada). Pero mami no sabe lo ardua que es mi lucha.

Lo veo venir y tengo que recurrir a todas mis armas secretas para mantenerlo a raya: aplaudir haciendo "¡viva, viva!", gritar, bailar y saltar en el lugar (todavía no consigo moverme).


Y no puedo evitar el llanto por lo injusta de la pelea. Él es más fuerte y más grande. Además, la tiene a mamá como aliada.
Y ataca con fuerzas sobrenaturales, hipnotizándome, y haciéndome caer en un trance en el que no puedo dejar de repetir "EWE EWE EWE EWE EWE EWE", hasta derrotarme.

Lo que no entiendo es por qué me siento mejor, después de la siesta que me obliga a dormir este super villano.


Otro villano que me ataca, pero no con tanta frecuencia, es Monstruo Come Mocos. No luchamos muy seguido, pero siempre elige visitarme cuando me siento mal y congestionada. Su estrategia consiste en colarse entre las manos de mis papis y atacar mi nariz, para chuparme el cerebro. La única forma que encontré para defenderme es llorar fuerte, fuerte (para aturdirlo) y retorcerme toda, para no ser un blanco fácil. Pero sigo estudiando sus movimientos, para perfeccionar mi defensa...

Otros enemigos, que aparecieron estos últimos meses, son los abrigos. Encima que hace frío, a mamá se le dio por taparme de ropa, inmovilizándome. Con lo que me gusta saltar y sacudirme, sin ropa encima. Por suerte, tengo los momentos de baño y cambio de pañales para estirarme a mi gusto, sino estaría toda contracturada todo el día.

Ahora los dejo con mamá para la reflexión final. Ah! Me olvidaba! En la foto estoy estudiando para perfeccionar mis técnicas de defensa.

La pregunta final: ¿con quién o quiénes pelean sus bebés? ¿Qué cosas son las que más les molestan (por sus reacciones) de las rutinas diarias?

¡Felicidades!


Hoy un post cortito, pero con todo el corazón.

Feliz cumple mes a Cande, que hace 8 meses llegó, todo ímpetu, a llenarnos de alegría y cambiar el ritmo de nuestra familia (la chiquita y la extendida).

Querida hija: llegaste para adueñarte de nuestra vida, dejando en segundo plano todas las cosas. Y cuánto disfrutamos cada día que compartimos.

En la próxima, se viene, a pedido de la tía Ceci, post de archi-villanos a cargo de Cande.

PD: ¡Bienvenida, Juana! Mucha suerte en este mundo. A disfrutar de la familia que te tocó, que te esperaba con tantas ganas.

¿Cómo cambiar a una bebé?


Cambiar a Cande fue siempre complicado. Cuando era recién nacida, se enojaba mucho y era el único momento del día en el que lloraba desconsoladamente. Después, mientras fue creciendo, las cosas fueron más fáciles, porque se acostumbró a lo que ella consideraba "una verdadera tortura" (sobre todo la parte de volver a ponerse ropa encima).

Y con el correr de los meses y los cambios de estaciones descubrió que todo puede empeorar. Y que además de bodies, pueden ponerte encima sacos y camperas.
Ese es, más o menos, el análisis del tema desde el punto de vista de bebé.

Desde el punto de vista de los papis o de quien tenga a su cargo la tarea de cambiarla, les cuento que ahora que Cande aprendió a moverse y manejar sus manos con mayor precisión día a día, esa simple tarea se convirtió en todo un desafío.

Vamos con un ejemplo, para que me entiendan: se acomoda a la bebé, Cande en este caso, en el cambiador (que le queda corto), tratando de que no pegue la cabeza contra la bandeja de los elementos de limpieza y que no se caiga.

Luego viene la parte fácil: sacarle la ropa y el pañal. Y ese es el disparador para que comience el movimiento: piernas al aire, revoleo de brazos y similares para demostrar la alegría que le produce no tener tanto peso. Todo vale para tratar de impedir que un nuevo pañal vuelva a ponerse en su lugar.

Si conseguimos acomodarle un nuevo pañal, todo se complica aún más. Hay que vestir nuevamente a una bebé que se va a resistir con todas sus fuerzas para evitarlo, repitiéndose la secuencia siguiente: pasa la cabeza por el bodie, grita Cande tratando de evitarlo, entra una manga, sale una manga, entra una manga, se retuerce Cande y revolea por los aires la tapa de la cajita con forma de oveja, pelea por capturar el otro brazo, entra manga, sale manga, entra manga, sale manga, entra manga, vuela pato de goma para el otro lado, protesta Cande porque fue acostada para abrochar el bodie, entra el pantalón (después de pasar por los mismos problemas que nos dieron las mangas) y aplaude Cande porque fue parada para terminar de acomodarle la ropa.

Terminada la operación, quedará media hora más para ordenar y juntar, y que el cuarto en una situación similar a la inicial. Y otra media hora para reponerse de tanto movimiento.

¿Cómo les va a ustedes en estas lides? ¿Son tan inquietos sus chicos como Cande? ¿Hay trucos para mitigar el proceso?