Eligiendo ciudad según el médico

Casi desde que me enteré que estaba embarazada, tuve que aprender a convivir con la incertidumbre. Este aprendizaje no me entusiasma demasiado, ya que necesito tener el control de las cosas pero las decisiones a tomar y las definiciones eran muchas, muy grandes y no dependía sólo de mí. La más grande, por el impacto, fue definir si nuestra hija iba a nacer rosarina o porteña.

Mientras se definía, y, sobreviviendo a varios sobresaltos que no viene al caso mencionar, hice que mi embarazo lo controlaran dos médicos: la ginecóloga que me atendía en Buenos Aires, que también es obstetra y un obstetra de Rosario. Acá comparto las observaciones que pude hacer comparándolos, aclarando que no estoy generalizando, sino sólo relatando mis experiencias:

- ¿es necesario tomar tantos suplementos de vitaminas y minerales? Mientras estuve en Buenos Aires tomé ácido fólico los tres primeros meses y un complejo de vitaminas y minerales hasta que aterricé en Rosario. Ahí, en el segundo control con el médico, lo suspendió, reemplazándolo por una dieta balanceada y equilibrada, para que tanto mi bebé estemos bien alimentadas. Los análisis de laboratorio le dieron la razón, ya que no mostraron carencias de ningún tipo.

- ¿son imprescindibles todos los estudios que te prescriben? Me habían dicho que por mi factor RH negativo tenía que hacerme un estudio por mes y una vacuna. Además, se estila el análisis de azúcar en sangre, que es una pequeña tortura que te insume toda la mañana en el laboratorio. Al mudarme de ciudad, me reemplazaron los 9 pinchazos del RH por uno al principio más una vacuna a los siete meses y me liberaron del análisis de azúcar, ya que los otros análisis de laboratorio dieron bien y no hay antecedentes en mi familia que lo justifiquen.

- ¿es más importante la medicación o la contención? Este es el punto clave de las diferencias. Cuando entraba al consultorio en Buenos Aires, lo primero que hacía era taparme de recetas y órdenes para estudios (crema, vitaminas, pastillas para el calcio y para la presión, por las dudas, ecografías, análisis y completen la lista con lo que se les ocurra). En Rosario, primero charlábamos para distender el ambiente (del clima, del trabajo, de la convivencia con la familia) y después pasábamos a la sección controles y por último recetas, si es que era necesario.

¿Cómo termina la historia? En la última visita a la médica de Buenos Aires, me sentí absolutamente ignorada por ella: eran más importantes su inminente viaje a Nueva York, la paciente que había salido antes que yo del consultorio (modelo publicitaria, con toda la onda y la mitad de mi peso actual) y el cuadro torcido (que tuvo que tratar de enderezar mi esposo). Esto desencadenó un pico de presión en el consultorio y un principio de ataque de nervios en la puerta, justificando mi decisión de cambiar de médico en Buenos Aires o quedarme en Rosario hasta que naciera mi hija.

Afortunadamente, las otras definiciones pendientes, milagrosamente se inclinaron a favor de Rosario y acá estoy, en mis últimas dos semanas de embarazo y atendiéndome con el médico que me hace sentir tranquila y contenida.

Del otro consultorio desaparecí y nadie sintió mi ausencia… ¿Cómo les fue a ustedes con estas decisiones?

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