¡Gracias, María Elena!

En un post anterior les conté de la fascinación de Cande por los "hijos" de Walt Disney. Y de nuestra tranquilidad por el control que tienen sobre el contenido del canal para los más peques de la casa. Pero con la progresiva incorporación del lenguaje por parte de nuestra hija nos encontramos con un problema: Disney traduce su programación en español neutro para toda Latinoamérica y nosotros hablamos en argentino. Decimos "yuvia", "poyo" y no hablamos de tú. Y además, como buenos rosarinos, nos comemos algunass esesss.

Esta semana detectamos una situación que cuándo no éramos padres todavía juramos que no íbamos a permitir. Esta es la de chicos argentinos, viviendo en Argentina y hablando en español neutro. Que Cande nos haya dicho respectivamente: "Mira, mamá"; "Oye, papá" fue como que nos haya prendido una alarma.

Y reforzamos una campaña que habíamos empezados en forma casi inconsciente. "Se dice mirá, Cande". Acá le ponemos acento al final. No es un carrousel, es una calesita. Y esos son barriletes y no, cometas...

Y volvimos a las raíces. A lo que siempre estuvo para nosotros. Rescatamos a María Elena, mágica, eterna y argentina, en la forma de DVDs de las canciones animadas. Cantamos la chacarera de los gatos, buscamos a la luna que se baña en el aljibe, nos reímos con el jacarandá, jugamos a tomar el té, bailamos con el perro salchicha (como el Taru),  y viajamos a París con Manuelita. Hermosas canciones, con un vocabulario amplio que los obliga a tratar de entender y conjungando los verbos en argentino. Como debe ser para una nena que se tiene que criar acá.

Y le presentamos a Hijitus, Oaky y Larguirucho para que vaya conociendo el universo creado por García Ferré.

Y reducimos al máximo los personajes importados que hablan con modismos diferentes a los nuestros, por lo menos hasta que el lenguaje esté consolidado y pueda entender las diferencias entre las regiones que compartimos este maravilloso idioma.

¿Somos extremistas? ¿Qué piensan ustedes? ¿Vivieron situaciones similares con sus hijos?

1 comentario:

  1. A nosotros nos pasó con mi primito, que empezó a armar frases con "piscina" y cosas así que no recuerdo. No sé en qué quedó el tema, pero creo que no fue tan grave porque eran más grande y se fue dando cuenta solo. Ya lo podíamos razonar de otra manera.

    A mí no me parece nada mal. Que tenga vocabulario pero sepa usarlo donde corresponda. Yo cuando tengo que hablar con un español por Internet trato de pasarme al "tú" y usar otras palabras, pero ese soy yo.

    Me hiciste reevaluar la practicidad de educar a mi potencial e hipotético hijo/a como bilingüe o trilingüe. Si desentierro mi italiano, claro.

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