Reflexiones de Nochebuena



Querida hija: es tu segunda Navidad y me resulta increíble ver cuanto creciste, cuánto cambiaste en un año.

El año pasado dormías en tu hamaca, al costado de la mesa. Este año participaste de la mesa, te dormiste, madrugaste, abriste regalos, jugaste mucho con todos y nos hiciste reír...

Cuánto vivimos juntas, cuánto aprendiste y cuánto alegras nuestros días. Cada día te inventas algo distinto, un nuevo gesto, una nueva monada, una travesura diferente...

No me canso de decirte que crecimos como familia con tu llegada. Fue un desafío pensar en tres y tenemos mucha suerte de tenerte a nuestro lado y de ayudarte y acompañarte en esta aventura de "ser grande", que te tiene tan ocupada.

Recordá siempre que tenés mucha suerte. Tenés una familia espectacular, que te quiere muchísimo y se preocupa por vos (cuatro abuelos, cinco tíos, una madrina y montañas de tíos y tías postizos). Y que siempre vamos a estar para vos.

Feliz Navidad, hija mía!

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