Aprendiendo a dormir sola


Cande crece día a día y tenemos que ir adaptándonos a sus nuevas necesidades. Por eso, esta semana la familia está en proceso de adaptación a la nueva cuna de la bebé.

Hacía varios días ya que la habitación de Cande estaba preparada para recibir a su ocupante: estaba la cuna lista, con sábanas y acolchados, impaciente por ser usada, pero ni la bebé ni los padres se decidían a dar el gran salto.

Finalmente nos terminamos de convencer al comparar el largo de la minicuna con el largo de nuestra hija y, sesión de shoping mediante (para comprar los baby calls tranquilizadores), Cande se mudó a la habitación de al lado.

La primera noche fue bastante traumática para el padre, que con la potencia de los transmisores empezó a escuchar sonidos emitidos por nuestra pequeña bebé, que no se apreciaban en vivo y en directo y se dedicó a tejer un surco entre nuestra cama y la de ella, pero fuera de eso, parecía un éxito.

La segunda noche no fue tan así... Y después de una hora de llantos y discusiones maritales, bastante surrealistas, considerando la hora y el estado de los interlocutores (el padre se inclinaba por calmarla a toda costa, a la madre le surgió la contadora que lleva adentro), terminamos durmiendo los tres juntos en la cama grande (que para eso es Queen Size).

Pero estamos aprendiendo que con los chicos todo requiere paciencia. Y anoche, después de un par de noches como las del párrafo anterior, Cande durmió toda la noche en su cuna, en su dormitorio. No digo que no se despertó, pero San Chupete resolvió el tema y se volvió a dormir solita, para deleite de los padres.

Veremos cómo sigue esta historia, pero parece que se va encaminando... Cuentenme sus experiencias con este tema. ¿Les resultó fácil dar este paso? ¿A qué edad de sus bebés lo hicieron? ¿Fue más fácil para ustedes o para ellos?

PD: ¡Feliz cumple Uhma y muchas felicitaciones a tu mamá, que desde hace dos años te disfruta!

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