Un año y medio


Querida hija: hace un año y medio que decidiste conocernos y nos cambiaste los planes de un sábado al mediodía.

¡Cuánto creciste, cuánto aprendiste y cuántos nos enseñaste en estos 730 días que llevamos juntos!

Te vemos tan chiquita, tan necesitada de nosotros, de nuestra mano para caminar por la vida y al mismo tiempo, tan apurada por crecer y ser independiente.

Tu sonrisa nos ilumina los días, tus carcajadas cuando algo te divierte, mucho justifican las noches sin sueño y los cambios de prioridades de nuestras vidas.

Tu carácter fuerte y decidido, que aparece frente a un NO inesperado e indeseado nos muestra la herencia de la familia (eternamente cabezotas, diría tu bisabuelo).

Tu emoción (aplaudiendo o zapateando) frente a una nueva propuesta de juego o a un nuevo logro conseguido nos hace desear que no crezcas tanto como para perderla en la ruta que te toque.

Seguí creciendo así, querida Cande: fuerte, sana, decidida y alerta frente a lo nuevo.
Seguí marcando el ritmo de tu familia.

Seguí cambiandonos la rutina de cada día, poniéndote por delante de todo. ¡Felicidades en este día y en todos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario