Sólo se vive una vez ...


En estos días estaba pensando, por nacimientos y embarazos varios entre mis amigas, todas las cosas que deberían enseñarte en algún lado (colegio, facultad, post grado) o contarte las que ya pasaron por eso. Y que no te enseñan ni te cuentan.

¿Nos olvidamos de eso, una vez que lo pasamos, al punto de no considerar que lo que tenemos para contar puede servir para paliar angustias y sobresaltos de nuestras amigas que nos siguen en el camino? ¿No están para eso las amigas?

Estoy hablando de las desventuras de ser madre primeriza, sobre todo cuando toda la familia es primeriza y se siente dueña de la criatura. Y nos encontramos con un ejército de abuelos, tíos, primos y primos de primos ansiosos de organizar nuestra vida según su comodidad, para disfrutar de la novedad en forma de bebé que ahora vive con nosotros.

Por supuesto, este ejército no considera la revolución hormonal que vive adentro nuestro, ni la experiencia del parto que terminamos de pasar hace apenas unos días ni la responsabilidad que tenemos por esa pequeña personita que depende de su mamá para todo.

Para romper esa tradición de silencio absoluto, van algunos puntos que es bueno tener presentes:

- Las visitas de compromiso no son recomendables (en realidad no son bienvenidas) durante por los menos, los primeros quince días. Necesitás descansar, acostumbrarte a tu nuevo cuerpo sin panza y aprender a conocer a tu bebé y todo eso es más importante que atender a parientes y/o amigos. Los que de verdad te quieren, sabrán comprender la situación perfectamente.

- Nadie mejor que tu bebé para avisarte cuando tiene hambre y cada cuanto necesita comer. Los "expertos" dicen que tiene que tomar entre 10 y 15 minutos de cada pecho. Pero probablemente te lleve una hora reloj cumplir con ese esquema, porque se va a quedar dormido en el medio. Cuanta mayor sea la frecuencia con la que se prenda al pecho, más leche va a bajar. Y los pechos se lastiman al principio. Y duelen, pero lo que los cura más rápido es la misma leche.

- Las horas de la comida del bebé son sagradas. Y deben cumplirse en un ambiente relajado y a solas. Sólo él y vos. Y el padre. Extraños abstenerse de aparecer y/o dar consejos. Y dentro de extraños se comprende a todos los que no ayuden a tu tranquilidad y su disfrute en ese momento.

- Es más fácil conseguir un doctorado en análisis matemático que entender la lógica de las marcas para poner los talles y medidas de pañales y ropa de bebé. Para los pañales, cuando encuentres la marca y el modelo del calce perfecto, mantenete fiel a ellos. Para la ropa, ante la duda, siempre un talle más. Los bebés crecen rápido y en algún momento le va a quedar bien.

- Vas a estar cansada, muy cansada. No te exijas ni pretendas seguir el ritmo que tenías antes. Dormí cuando puedas o te deje el bebé. Atendélo, que te necesita mucho y que la familia (padre, abuelos, tíos, etc.) te ayude con la casa.

- Ante la duda, consultá a tu mamá. Es la única que va a estar siempre disponible y la que te va a dar la mano más grande, respetando tu criterio y sin querer enseñarte lo que no pediste aprender.

A las madres, ¿se les ocurre algún otro consejo para agregar? A las que están por serlo, ¿tienen alguna duda? ¿Qué nos quedó en el tintero?

2 comentarios:

  1. QUE SABIOS CONSEJOS QUERIDA AMIGA!!
    DEBERÍAN PUBLICARLOS EN LA S.A.P!!
    Especialmente el último ítem..."y sin querer enseñarte lo que no pediste aprender."
    Las adoro, FELIZ MATERNIDAD!!

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