Problemas insolubles


Lo primero que leí de Córtazar, mediados de la secundaria fue "Historia de cronopios y de famas", a instancias, cuando no, de Virginia. Lo de los cronopios, para encontrarle el gusto tuvo que esperar unos años, pero el capítulo de "Ocupaciones raras", donde cuenta las vivencias de la familia, por lo absurdo y delirante, me fascinó desde el principio. El inicio de "Simulacros", afirmando que son una familia rara, porque hacen las cosas porque sí en lugar de hacerlas por obligación o fanfarronería me cayó simpático. "Conducta en los velorios" y "Etiquetas y prelaciones" me hicieron llorar de risa y me traen una carcajada solo de recordarlos.

Hace unos años tengo mi casa y mi familia. Y el ritmo de llevar la casa, y el querer hacer cosas hace que para los de afuera podamos calificar como esa familia rara de los cuentos de Córtazar. Y tenemos nuestras propias "Ocupaciones raras". Les cuento un poco, por si no nos conocen: me gustan las cosas de determinada manera. A Ariel también. Por supuesto, Cande y Vicky también tienen sus ideas propias de cómo deben ser las cosas. Por años de vida, por amores, por necesidad, por defensa propia, tenemos bastantes más libros, discos y películas que muchos de los comunes mortales.

Colgados de bibliotecas, esperando ser necesitados, nos esperan alrededor nuestro, volviendo la vida menos solitaria. Estamos preparados para que el apocalipsis zombie nos deje sin internet. Por lo menos en cuanto a entretenimiento.

El problema se presenta cuando alguno quiere buscar algo y no lo encuentra. Los libros son mi territorio. Sé dónde está cada uno, tienen un criterio de ordenación definido, muy propio de mi lógica. Si quieren algo, me lo piden sin revolver, por favor.

Los discos son el territorio de Ariel, pero a la hora de ordenar, pide consejos. Y ahí podemos dedicarnos con pasión a lo nuestro (que no es ordenar, no se confunda, lector), sino definir los criterios con los que se ordena. Alfabético y de izquierda a derecha, de arriba a abajo es lo que manda nuestra cultura. Pero nada es tan simple. ¿Alfabético por título o por intérprete? ¿Y si lo compramos por el compositor y el intérprete no nos importa? ¿Cómo acomodamos las bandas de sonido de películas que necesitamos todas juntas?

Cuando llegamos al punto de definir, va por apellido de intérprete, salvo excepciones que incluyen a las bandas de sonido, que van todas juntas en la S de soundtracks, porque cuando definimos eso estábamos en un período elitista. Siguen apareciendo problemas:  "yo quiero escuchar un disco de Charly, entonces va en la C". Pero si Pedro Aznar está en la A, Charly García va en la G. Las bandas, grupos y afines, van por el nombre de la banda o junto con los discos solistas que grabaron después los miembros. ¿Qué hacemos con los artículos adelante de los nombres de las bandas? Si los tomamos en cuenta, engrosamos artificialmente la L y la E. Para cuando llegamos a la W de Weber volvemos al principio. ¿No estaría bueno tenerlos juntos con los de Cibrian en la C de comedias? Y le advierto que cada reacomodada, después de finalizar el segundo estante implica sacar discos y volver a ponerlos en su nueva posición, bajándolos de a uno o dos. Sólo por ese motivo, Weber queda solo abajo, lejos de Cibrián. Sólo por es domingo a la tarde y no podemos seguir subiendo y bajando discos de las estanterías. Porque podrían estar todas las comedias musicales juntas.

Con las películas no pasaba tanto, porque hay menos. Pero... Siempre hay un pero. La digitalidad y la internet de banda ancha nos ampliaron la posibilidad de acceder a películas en variedades que desafían a Netflix. Con un agravante. No ocupan lugar en la casa, no hay memoria física que nos ayude a recordar donde las dejamos la última vez. Y la única forma de encontrarlas es un nombre de archivo que represente de qué estamos hablando y un sistema de directorio que sugiera lo mismo. Y ahí nos lanzamos de nuevo a la aventura de ordenar lo inordenable, con el agravante de la virtualidad. Creamos carpetas por género y las ubicamos ahí. Pero Star Wars no es ciencia ficción, es Star Wars y necesita una categoría propia, que permita encontrarla en la primer pantalla de búsqueda. "Los Goonies" en Aventura no la vamos a encontrar nunca. Es una película de los 80s. Las categorías y subcategorías de las bases de datos oficiales no representan las vivencias que nos produjeron determinadas películas, que van a ser el criterio con el que las busquemos en el disco rígido, para volver a vivirlas. Cuando Ariel descartó rotundamente la búsqueda o desarrollo de una aplicación que levante el contenido del disco y lo categorice y presente en el televisor tipo Netflix, decidimos crear categorías propias, no ordenadas según lo que debe ser, pero reflejándonos. Por ahora quedo definido y ordenado, pero no es un tema que esté cerrado.

¿Qué ocupaciones raras tienen en sus familias?

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